jueves, 29 de octubre de 2009

“DE LA EDUCACIÓN DOGMÁTICA EN EL PERÚ A UNA EDUCACIÓN PERSONALIZADA COMO PROPUESTA EDUCATIVA”

Mag. Enrique Ramón Tocas Ríos

RESUMEN

En este ensayo se da a conocer como ha venido impartiéndose la educación dogmática en el Perú a través del sistema educativo y se plantea algunos principios sobre educación personalizada como una propuesta educativa de los procesos de enseñanza aprendizaje que facilita el desarrollo integral humano

1. LA EDUCACIÓN DOGMÁTICA EN EL PERU
El sistema educativo de nuestro país, tiene más de noventa años de antigüedad, forjado en base a los principios elementales de la filosofía precientífica. Por esta razón, en lugar de formar hombres para el desarrollo de la sociedad, ha generado hombres de estructura mental sectaria, fanática, revisionista, vanidosa, soberbia, conformista, individualista, arribista, chantajista, antidemocrática...
Se practica una pedagogía dogmática que propugna la enseñanza teórica, impuesta, los conocimientos sin justificación científica, carente de análisis, diálogo, práctica, etc., en que el educando repite como el Padre Nuestro los conocimientos supuestos. Dichos conocimientos devienen inválidos para la vida real del hombre, como para la sociedad de los tiempos modernos.
Resulta inverosímil, una educación dogmática en el Perú; con una pedagogía que corresponde al siglo XVII; cuando todas las ciencias de hoy, se nutren de principios científicos, demostrados y probados en la práctica. En el Perú se viene enseñando un contenido educativo empírico, intangible desde hace siglos, en forma teórica e impuesta; pues, los elementos culturales del sistema educativo no responden a las exigencias y necesidades auténticas de los hijos del Perú profundo.
Según la nueva concepción de la Educación, esta ya no es simplemente el arte de conducir al niño de su casa a la escuela, sino la ciencia que dirige paso a paso los conocimientos científicos y el cultivo de la formación del hombre; para que los estudiantes de cada época sean más útiles a su familia y a su patria, y sus conquistas espirituales sean para el servicio de la sociedad universal. La educación dogmática es para servir a la religión, mientras la educación democrática es para servir al pueblo.
La razón de ser de la ciencia de la educación es dirigir la formación científica y moral del educando, o sea, su misión es mejorar la vida real del hombre, respondiendo a su anhelo de superación. De no ser así, no tendría razón de ser.
La Educación Pública desde su restitución hasta hoy no es científica, es orientada por una pedagogía dogmática, hija de la filosofía idealista. En el presente siglo, casi todas las ciencias están orientadas por nuevos principios, por esta razón, urge modernizar la pedagogía peruana. La Pedagogía es una ciencia desde la segunda década del siglo pasado, a partir del fundamento que sostuvo el filósofo, psicólogo y pedagogo alemán, Juan Federico Herbart. La primera formación de educadores fue en Alemania, en los años finales del siglo XVIII. En nuestra querida Patria se creó la primera Escuela Normal de Varones en 1905, con sede en Lima, años más tarde en 1927 se creó la primera Escuela Normal de Mujeres «San Pedro», también con sede en Lima, años después se creó la Facultad de Educación en la UMSM, y ahora existen centros de formación magisterial a lo largo y ancho del territorio nacional, y facultades de educación en casi todas las universidades del país. Sin embargo, la Educación Pública aún se orienta con la obsoleta pedagogía dogmática.
La Pedagogía como Ciencia de la Educación se halla enmarcada en un doble objetivo y un fin que alcanzar: la dirección de la instrucción, la formación del educando, y el logro de la calidad humana en sí, o sea, el perfil del hombre- ciudadano; esto, no se refiere a la obtención de un título profesional, sino a la promoción humana del hombre.
Por lo tanto la Educación Pública no cumple su rol, que es el de instruir y educar. Lamentablemente, «no hay una verdadera educación en el Perú». No se educa para promocionar la sociedad, sólo se instruye y mal; porque el conocimiento que se brinda es empírico, teórico, absurdos elementos culturales inauténticos para la vida; con métodos descriptivos, que el estudiante repite mecánicamente; denotando así, en forma clarividente, la dirección de una pedagogía dogmática.

2. LA EDUCACIÓN PERSONALIZADA

2.1. PROPUESTA: Una educación personalizada es una pedagogía personalista y comunitaria, que como su nombre lo indica se fundamenta en la persona, porque es la persona la que ha de lograr el desarrollo de sus facultades con ayuda de sí mismo y del entorno. En el entorno se encuentran la familia y el ámbito escolar quienes son los responsables de ofrecer los momentos e instrumentos adecuados para que el niño y la niña alcancen los objetivos propuestos.

La educación personalizada quiere lograr la liberación del pensamiento fomentando la iniciativa y la observación así como el desarrollo de hábitos de sociabilidad y responsabilidad, todo esto como una preparación para la vida, ayudándole al individuo a descubrir los caminos más adecuados para conseguir la realización personal practicando el discernimiento, detectando lo esencial de las cosas y buscando el crecimiento personal interior.

En el desarrollo de esta pedagogía son fundamentales unos principios básicos sobre los cuales se construye la práctica pedagógica y que se ejercitan en los distintos momentos didácticos de la clase: la individualidad, la sociabilidad y la libertad.

El principio de individualidad: exige del docente, un conocimiento profundo del estudiante, al que debe mirar como un ser único e irrepetible a quien hay que respetarle su ritmo personal, del que conoce su historia personal, sus límites y capacidades para conducirlo por el camino de la autorrealización. ¿Pero cómo se practica esta principio en el salón de clase? Cuando el docente acepta al estudiante como es y exige que otros lo hagan, cuando da indicaciones personales y no compara resultados, cuando respeta la diversidad y espera reacciones diferentes en sus estudiantes cuando potencia las capacidades de cada uno.

El principio de sociabilidad: es dual, porque el ser es individual y al mismo tiempo es social. El individuo empieza en sí mismo y tiene potencialidades y limitaciones, con las que juega y se encierra para disfrutar del conocimiento. Porque cuando aprende es él o ella frente a él o ella misma. Pero una vez hecho propio el conocimiento, surge la necesidad de compartirlo porque existimos en la medida en que existimos para los demás. ¿Cómo se practica este principio dentro del salón de clase? Cuando el docente tiene un medio ambiente preparado con instrumentos de uso común, cuando distribuye pequeñas o grandes responsabilidades hacia los bienes comunes de la clase, fomentando la conservación del material, cuando los estudiantes practican el aprendizaje cooperativo a largo plazo, cuando organiza puestas en común en las que todos comparten lo que han aprendido.

El principio de libertad: se concibe como elección responsable, siendo cada uno llamado a ser dueño de los propios actos, juicios y autor del propio progreso, trabajando y creciendo en libertad. ¿Cómo se practica en el salón de clase? Cuando el docente orienta a sus estudiantes a través de las tomas de conciencia o contacto y con la práctica de la normalización.

La educación personalizada debe concebirse como la educación para el desarrollo humano fundamentada en procesos de individuación y socialización. Se acepta que estas dos modalidades son igualmente válidas, se dan simultáneamente y a partir de la fusión de las dos, se construye la identidad y el mundo personal. Esta concepción difiere de la concepción que tradicionalmente se tiene sobre educación individual y educación socializada.
El reto es, orientar la educación desde el nuevo enfoque humanista, desde lo teórico y lo práctico, para construir una nueva visión de la educación que supere lo cognitivo y la asimilación de información dentro del paradigma tradicional, a otro que incluya otras dimensiones del ser humano (afectivo, psicomotor, valorativo… ) las cuales son susceptibles de formación a través de una educación personalizada.

2.2. EDUCACION PERSONALIZADA
La construcción de la persona debe ser el proceso central de la educación, contemplada desde el desarrollo integral del ser humano, única forma de lograr la satisfacción de las necesidades humanas, el ejercicio de la ciudadanía y el manejo de códigos de la modernidad. Desde esta perspectiva, la educación personalizada surge como una propuesta educativa que se apoya en la consideración del ser humano como persona activa, con posibilidades personales para explorar, cambiar y transformar el mundo que lo rodea. Permite la autorrealización del sujeto a partir de la conciencia de sus potencialidades y oportunidades para reconocer su valor por el hecho de vivir y actuar como persona.
El dinamismo de la educación personalizada surge del principio del crecimiento personal implícito en el concepto de persona y del hecho de que cada ser humano está en la búsqueda permanente de su perfeccionamiento como ser en constante transformación, con capacidad para fortalecerse interiormente y ser más eficaz para la sociedad.
El más profundo sentido de la educación personalizada se haya en convertir el aprendizaje en un elemento de formación personal a través de la aceptación de responsabilidades por parte del escolar como ser original y creativo, con capacidad para autogobernarse, establecer relaciones y buscar sentido a su vida.
Características:

a) Singularidad - Creatividad
La persona es centro de su ser y de su acción. Es uno en sí mismo y diferente de todos los demás seres humanos, es único, Irrepetible, imprescindible, con capacidad para crear, razonar, emitir juicios, asumir posiciones críticas, legitimarse como ser humano, construirse desde su individualidad y darle sentido a su vida en la relación con sí mismo, con el otro y con el entorno.
La educación personalizada surge como una modalidad educativa que se apoya en la consideración del ser humano como persona activa, con posibilidades personales para explorar, cambiar y transformar el mundo que lo rodea.
El se humano es original y creativo en la medida de su singularidad. Condición fundamental para el desarrollo de la capacidad creadora es la utilización de estrategias pedagógicas que permitan el reconocimiento de los educandos como personas con capacidades, conocimientos y sentimientos propios de donde se derivan estilos y ritmos de aprendizaje, modos de ser, niveles de desarrollo intelectual, social..., entre otros.

b) Autonomía – libertad:
Siendo la autonomía – libertad aspecto fundamental en la formación del ser humano, se requiere de maestros con mentalidades abiertas para asimilar los cambios y modalidades educativas que con alguna frecuencia se presentan, con metodologías creativas e innovadoras mediadoras en los procesos de aprendizaje para lograr el desarrollo armónico y permanente de la persona.
El maestro como apoyo en la formación de la autonomía propicia en los estudiantes el desarrollo de capacidades de reflexión, interpretación, argumentación y proposición, como competencias fundamentales en el proceso de resolución de problemas, conflictos y toma de decisiones.
Posibilita en los estudiantes el desarrollo de capacidades que les permita dirigir sus destinos y responsabilizarse de los mismos a fin de buscar su crecimiento personal y contribuir al desarrollo de la sociedad en la que se encuentran inmersos. Para ello, es necesario que el maestro posibilite el trabajo en equipo donde los estudiantes puedan compartir sus iniciativas, participar en la construcción del conocimiento, los valores, crear actitudes, conciencia de sí mismo, del otro y de su entorno a través del proceso enseñanza – aprendizaje en las diferentes áreas del saber y demás actividades que conducen a la formación integral de las personas.
c) Apertura – Comunicación:
En el contexto de la apertura – comunicación, como elementos fundamentales de la educación personalizada, el maestro tiene como misión establecer procesos de conversación efectiva consigo mismo, con los estudiantes y comunidad educativa en general.
Los espacios educativos son sitios de encuentro en donde maestro y alumno construyen su bienestar en una relación dialógica de aceptación incondicional y afectividad, en donde sin miedos ni temores el estudiante logra motivarse y decide aprender a ser, a hacer, a aprender y a convivir.
3. RUMBO A UNA PROPUESTA PERSONALIZADA
Parte de creer en el estudiante como una persona original, creativa, única e irrepetible con posibilidades, con capacidad de autogobernarse, de entablar relaciones y con el deseo de darle sentido a su vida. La finalidad de la metodología personalizada es servir de guía y orientación al desarrollo de la personalidad de los estudiantes.
Para lograr este objetivo se requiere de un maestro que en su quehacer educativo involucre acciones metodológicas como las siguientes:
- Fomentar el diálogo, propiciar la participación democrática, la toma de decisiones, el trabajo en equipo, la búsqueda de la verdad en forma participativa.
- Establecer una relación de comprensión y empatía con los estudiantes a nivel individual y cooperativo.
- Reconocer y valorar las potencialidades de los estudiantes como seres humanos identificando los talentos que hay en cada uno de ellos para propiciar su desarrollo. Toda institución educativa debe ser una escuela de talentos donde cada uno descubra y desarrolle de manera óptima sus posibilidades.
- Involucrar al estudiante en forma activa y responsable en la construcción del conocimiento mediante un plan de trabajo y unos objetivos claros y precisos.
- Hacer uso de la tecnología educativa para ayudar en la orientación y desenvolvimiento del proceso de humanizar y personalizar la educación.
- Crecer en armonía con la comunidad educativa en los valores y características que propone la educación personalizada.
- Fomentar desde las distintas disciplinas del conocimiento una cultura centrada en los valores, que unifique las mentalidades científicas, técnicas y humanísticas que se dan en el establecimiento educativo y en la sociedad en general.
- Facilitar aprendizajes pertinentes enfocados al desarrollo humano con la finalidad de lograr los cambios sociales que exige la sociedad actual.
- Conocer y respetar los estilos y ritmos de aprendizaje de cada estudiante.
- Basar la orientación del aprendizaje en el desarrollo de las potencialidades y no en las limitaciones de los estudiantes.
- Reconocer y aceptar que cada estudiante tiene talentos y posibilidades y por lo tanto es capaz de aprender, sólo necesita un adulto mediador que lo acompañe a encontrar el método apropiado a sus características cognitivas y emocionales para seguir él solo en el aprender a aprender.
La educación personalizada conduce a la superación del castigo, el miedo, el temor, la angustia y el deseo de complacer al otro en su afán de ser reconocido. Permite el desarrollo de seres auténticos.
- Construir espacios de reflexión para analizar las conductas negativas y convertirlas en oportunidades de crecimiento personal en donde el estudiante asume su compromiso de cambio como su mejor opción de vida. La educación personalizada conduce a la superación del castigo, el miedo, el temor, la angustia y el deseo de complacer al otro en su afán de ser reconocido. Permite el desarrollo de seres auténticos.
- Posibilitar en cada estudiante el autoconocimiento de sus posibilidades, ritmos, estilos, formas y procesos de aprendizaje, base importante en su autorrealización.
- Establecer conversación permanente con los estudiantes como proceso válido para el aprendizaje de los diferentes saberes y la construcción de un proyecto que de sentido a su vida

CONCLUSIONES:

- Priorizar la capacitación de los actores educativos en educación personalizada-
- Fomentar la participación de todos los actores sociales en la educación.
- Rescatar el valor social del maestro en nuestra región.
- Apostar por una educación centrada en la persona y con la consigna de formar estudiantes para lograr su desarrollo humano integral.
- Palear los efectos de la desnutrición y el trabajo infantil en la educación.
- Llevar al debate público a la educación exigiendo que nuestros gobernantes vivan una coherencia de vida y el buen ejemplo para los ciudadanos.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
DELORS, Jacques. La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre educación para el siglo XXI. Santillana Ediciones UNESCO. Madrid, 1996.
FREIRE, Paulo. Cartas a quien pretende enseñar. Siglo veintiuno editores. 3°edición. Madrid, 1997.
GARCIA HOZ, Victor. Educación Personalizada. Grupo editor quinto centenario S.A. Bogotá, 1988.
MATURANA, Humberto. Formación Humana y capacitación. Dolmen. TM editores. Santiago de Chile, 1997. Segunda edición.
ROGERS, Carl. El proceso de convertirse en persona. Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Barcelona, 1994.






















sábado, 17 de octubre de 2009

Nuevo rol del Docente Universitario

La docencia es considerada como un proceso organizado, intencional y sistemático que orienta los procesos de enseñanza -aprendizaje, exigiendo en el docente el dominio de su especialidad, así como el conocimiento de las estrategias, técnicas y recursos psico-pedagógicos que promuevan la interacción didáctica y los aprendizajes significativos en los estudiantes.

Tanto los docentes como los estudiantes deberán ceñirse a la cultura del aprendizaje para la vida, es decir, que los estudiantes deberán entender que sólo cursar una carrera profesional no es suficiente para obtener éxito, y los docentes deben recordar que son aprendices por excelencia (Piarini, 2005 y Marland, 2003).

Su rol ya no es el del catedrático que simplemente dicta o imparte clases magistrales y luego califica los exámenes de sus alumnos. No es tampoco el del profesor que enseña y luego evalúa si sus alumnos son capaces de repetir lo que les ha enseñado, o de comprobar si asimilaron el conocimiento por él transmitido.

El docente universitario es fundamentalmente un diseñador de métodos de aprendizaje, un suscitador de situaciones o ambientes de aprendizaje, capaz de trabajar en equipo con sus alumnos y con otros docentes en la maravillosa aventura de descubrir y difundir el conocimiento.

Las transformaciones que esta viviendo el mundo contemporáneo en materia económica, social, política y cultural, aunado a los grandes avances de la ciencia y la tecnología en estos tiempos ha producido un nuevo contexto socio histórico, donde la sociedad humana cada día debe asumir los nuevos retos que le impone la sociedad de la información y el conocimiento.

Estas exigencias provocadas por esta nueva sociedad del conocimiento ha tocado a las universidades, particularmente en Latinoamérica y Perú, todos estos procesos continuos de cambios ha producido la necesidad de formularse una nueva visión, sobré el papel del docente y los retos que estos deben asumir en el siglo XXI.

Esta situación merece una especial atención puesto que el papel del docente en el siglo 21, será cada vez más complejo; es importante resaltar que este debe responder a su propia especificidad histórica cultural y los espacios geográficos que la rodean en las dimensiones ética, política, culturales, económica, jurídico, que le sean de su competencia; en este sentido podemos señalar que la universidad y los docente tienen la misión de estar al servicio de los intereses del país, esto con el fin de promover cambios y desarrollo para la búsqueda del bienestar colectivo de la sociedad.

Los continuos desafíos ante un contexto social dominado por el discurso de la globalización; por tal razón, es necesario que el docente asuma una actitud crítica desde su propia formación epistemológica y su cultura investigativa.
Esta nueva realidad Peruana tiene la intencionalidad de revolucionar una nueva cultura universitaria basada en nuevas prácticas docentes, gerenciales y tecnológicas, que busca estimular al talento humano, sus capacidades cognitivas, fortalecimiento de las habilidades y la parte creativa, teniendo siempre presente el humanismo y la democracia como motor de cambio y transformación social.

La formación de los futuros profesionales hoy en día, constituye uno de los aspectos más importante y de mayor interés que debe tener presente el docente y las universidades, para así lograr la excelencia educativa; porque el profesional del mañana no debe ser igual al de hoy en día, todo este proceso no recae solamente en la universidad, sino que el docente también tiene responsabilidad en el desarrollo integral de los profesionales universitarios.

DILEMA DEL DOCENTE UNIVERSITARIO FRENTE AL PROCESO DE EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

Debemos reconocer que en la mayoría de países latinoamericanos, el proceso de evaluación ha estado centrado en lo que podía denominarse una heteroevaluación, es decir, un proceso que nace desde el docente hacia el estudiante .Esta concepción evaluativa enfatiza los resultados sobre los procesos, los rendimientos y los desempeños finales sobre el manejo de determinadas estrategias y ,en consecuencia ,fue configurando una forma particular de evaluar de parte de los docentes y de las formas de aprender del estudiante que resultan hoy muy difíciles de modificar.

El nuevo discurso evaluativo apunta hacia la auto y co-evaluación, privilegiando los aprendizajes logrados por los estudiantes y los procesos de “aprender a aprender”.Esta postura naturalmente se estrella con la cultura de la heteroevaluación aún predominante en nuestro sistema educativo. Por lo tanto, estoy seguro que debería transcurrir un tiempo lo suficientemente necesario para que el docente vaya dejando las prácticas que apoyan una heteroevaluación y las sustituya por otras que permitan que sea el estudiante el que evalúe sus propios aprendizajes o sean sus pares los que entreguen la información sobre sus logros.
Debemos reconocer que una propuesta evaluativa válida es aquella que es inherente y consustancial a cada aprendizaje y que ya no es posible entender “un aprendizaje sin evaluación y una evaluación sin aprendizaje”. Esta quizás sea una de las principales disonancias entre la teoría y la práctica de hoy, ya que la evaluación sigue siendo entendida como algo anexo y “paralelo” al proceso mismo de aprender.

En el transcurso de los últimos años, el tema de la evaluación ha alcanzado un protagonismo evidente hasta convertirse en uno de los aspectos centrales de discusiones, reflexiones y debates pedagógicos.
¿El motivo?... pocas tareas provocan tantas dudas, y contradicciones a los docentes, como las relacionadas con la evaluación y las actuaciones o decisiones asociadas a ella.
Habitualmente, cuando se habla de evaluación se piensa, de forma prioritaria e incluso exclusiva, en los resultados obtenidos por los estudiantes (evaluación del aprendizaje). Hoy en día éste sigue siendo el principal punto de mira de cualquier aproximación al hecho evaluador. Los docentes, los padres de familia, los propios estudiantes y el propio Sistema, se refieren a la evaluación como el instrumento calificador, en el cual el sujeto de la evaluación es el estudiante y sólo él, y el objeto de la evaluación son los aprendizajes realizados según objetivos mínimos para todos.

Esta concepción es una herencia del sistema tradicional que ponía énfasis en medir las adquisiciones o la mejora de las habilidades. Dada la importancia concedida a los resultados, el estudiante justificaba la actividad docente únicamente como una forma para mejorar dichos resultados.
Es decir, el docente justifica socialmente su función en la medida que acredita resultados -óptimos, por supuesto- de sus alumnos.

Hoy la evaluación adquiere un nuevo sentido, superior a la mera recogida de datos, pero a la vez aparece como pieza clave imprescindible para que el docente preste al estudiante la ayuda necesaria, y en consecuencia, pueda valorar las transformaciones que se han ido produciendo. El docente que realiza una programación tiene en cuenta la edad, capacidad y preparación del grupo con el que piensa realizarla, pero ha de descender a la personalización. La evaluación hace posible ese descenso de adaptar los programas a las singularidades de cada estudiante.
Por tanto, la evaluación es ante todo, una práctica reflexiva propia del docente; pero sobre todo, no se circunscribe exclusivamente al ámbito del aprendizaje –léase el estudiante -, sino que abarca todos los aspectos que intervienen en el proceso: alumno, profesor, sistema.

En el actual escenario, los docentes que se desempeñan en los distintos niveles educativos esperan con justificado y creciente estado de ansiedad una respuesta de quienes alentaron, por lo menos desde el punto de vista teórico, la incorporación de un proceso evaluativo auténtico, centrado en la demostración de evidencias de aprendizajes significativos en los estudiantes.
Los supuestos teóricos de intentos reformistas, basados en una deseada innovación, presionan con nuevas conceptualizaciones y formas de actuación, la mayoría de veces contrapuestas a aquellas que se practican en las aulas.
No es posible olvidar que estas innovaciones están alejadas de los procesos formadores y normativos que recibieron los docentes en su formación profesional inicial, lo cual repercute en los principios y procedimientos basados en una concepción evaluativa desde el docente hacia el estudiante.

Introducir una innovación en el campo educativo universitario, tal como lo expresa Escudero (1986), es incorporar “un conjunto de teorías o procesos sistematizados y codificados, comprometidos con la modificación de las concepciones y prácticas pedagógicas que tienen lugar en las instituciones educativas”

Los investigadores del aprendizaje suelen dar una mayor relevancia a la evaluación de los procesos de aprendizaje sobre los resultados, ya que consideran importante el desarrollo de ciertas capacidades y habilidades del pensamiento, la comprensión de los contenidos curriculares y su relación con la vida real.
Es indispensable que el docente comprenda que él no es, ni tiene que ser, el único evaluador .Para optimizar los resultados del proceso de evaluación, es importante considerar la intervención de todos los participantes a través de la puesta en práctica de otra modalidades de evaluación tales como: la autoevaluación, coevaluación, heteroevaluación y la interevaluación.

Si el aprendizaje es el núcleo de la acción educativa. Como se refleja en diferentes escritos, la evaluación condiciona de tal manera la dinámica del aula que bien podría decirse que la hora de la verdad no es la del aprendizaje sino la de la evaluación.
Pero cuando nos referimos a la evaluación de los aprendizajes cabe preguntarse desde qué conceptualización estamos hablando.
En las últimas décadas el concepto de evaluación ha sufrido una profunda transformación, también significativa en el ámbito de la enseñanza y del aprendizaje. Al observar nuestro entorno detectamos que las innovaciones, han llegado con facilidad en el uso de las estrategias de aprendizaje, de recursos didácticos que en el ámbito de la evaluación. Así podemos hallar en las aulas universitarias estrategias de aprendizajes muy innovadoras acompañadas de sistemas de evaluación tradicionales. Llama la atención la distancia que existe entre la realidad de las prácticas evaluativas y los avances teóricos y metodológicos que hoy nos presenta la literatura de la evaluación.
¿No será que la evaluación implica además de un cambio teórico, un cambio de actitud?
¿Qué está ocurriendo con la evaluación universitaria? ¿Cómo se está evaluando realmente?

viernes, 16 de octubre de 2009

CONCEPCIÓN DEL SER HUMANO

Concebimos al ser humano como conciencia activa, constructor de realidades, como un ser histórico cuyo modo de acción social transforma el entorno y a la vez le transforma a sí mismo;[1] como un ser que crece en la medida en que interactúa y colabora con otros; un ser capaz de aprender sin límites y que experimenta la profunda necesidad de realizarse amando la realidad que construye. Este ser humano se enfrenta en la actualidad a tareas urgentes y creativas que comprometen su futuro en la tierra y su calidad de vida en el presente. Y no dudamos que, como seres humanos capaces de razonar, planear conjuntamente y cooperar, podremos resolver dichas tareas.
[1] Silo: "Cartas a mis amigos”.